El disco
El año 1983 fue testigo del lanzamiento de un single que capturó la esencia del ska británico y la energía desbordante de Bad Manners: That’ll Do Nicely. Este tema no solo se destacó en las listas de éxitos, sino que también se convirtió en un favorito entre los seguidores del género y los amantes de la música en general.
Con su mezcla característica de humor y ritmos pegajosos, That’ll Do Nicely es una muestra del talento y la originalidad de Bad Manners. La banda, liderada por el carismático Buster Bloodvessel, entregó una canción que es tanto un llamado a la pista de baile como una expresión de la cultura juvenil de la época.
El single fue lanzado en varios formatos, incluyendo un vinilo de 7" y una versión extendida de 12", cada uno con su propio encanto y atractivo para los coleccionistas y DJs. La versión Express Mix y el lado B Monster Love (Dub) ofrecieron a los oyentes una experiencia musical completa, desde el ska hasta el dub.
La producción de Richard Hartley y Roger Lomas aseguró que That’ll Do Nicely tuviera un sonido pulido y una calidad que resistiera la prueba del tiempo. Los créditos de composición incluyen a COOKE, Farrin, HYMAN, Kane, Marson, Sayag, Stewart, Trendle, y Tuitt, un equipo que trabajó en armonía para crear este clásico.
En retrospectiva, That’ll Do Nicely no es solo un single más en la discografía de Bad Manners; es un testimonio de una era en la que la música tenía el poder de unir a las personas en una celebración de la vida y la diversión. Años después de su lanzamiento, sigue siendo una pieza clave para entender el impacto y la influencia del ska en la música popular.
En resumen, That’ll Do Nicely de Bad Manners es más que un simple single. Es un hito en la historia del ska, un recordatorio de los días de gloria de la música en los años 80 y una pieza atemporal que continúa resonando con nuevas generaciones de oyentes.
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