El disco
Si eres un amante del rock duro, seguramente habrás escuchado alguna vez el single de Cheetah titulado Scars Of Love. Se trata de una canción que marcó un hito en la historia de este género musical, tanto por su calidad como por su repercusión. En esta reseña, te contaremos todo lo que necesitas saber sobre este single, desde su origen hasta su legado.
Cheetah era una banda australiana formada por las hermanas Lindsey y Chrissie Hammond, que comenzaron su carrera musical como coristas de artistas como AC/DC, Stevie Wright o John Paul Young. En 1977, decidieron formar su propio grupo, con el que querían demostrar su talento y personalidad. Su estilo se caracterizaba por un sonido potente y crudo, influenciado por el hard rock y el blues rock, y por unas letras que reflejaban sus vivencias y emociones.
En 1981, Cheetah lanzó su único álbum de estudio, titulado Rock & Roll Women . El disco contenía diez canciones, entre las que destacaba el single Scars Of Love, que se convirtió en el mayor éxito de la banda. La canción fue escrita por las propias hermanas Hammond, que se inspiraron en sus experiencias personales y en el estilo musical de AC/DC, con quien habían trabajado anteriormente como coristas. La letra habla sobre el dolor y la decepción que provoca el amor cuando no es correspondido, y cómo esas heridas pueden dejar cicatrices en el alma.
Scars Of Love fue un éxito en Europa, especialmente en el Reino Unido, donde alcanzó el puesto número 12 en las listas de singles. La canción también fue muy popular en Japón, donde se convirtió en un himno para los fans del rock. El videoclip de Scars Of Love muestra a las hermanas Hammond tocando la canción en un escenario rodeado de fuego y humo, mientras que imágenes de animales salvajes y escenas de guerra se intercalan. El vídeo fue dirigido por Russell Mulcahy, que más tarde se haría famoso por dirigir películas como Highlander y vídeos musicales de Duran Duran y Queen .
Scars Of Love ha sido versionada por varios artistas, entre ellos la banda sueca Killer Bee, que la incluyó en su álbum Eye In The Sky de 1998. La canción también ha sido utilizada como banda sonora de películas y series de televisión, como The Odyssey y Drop Dead Diva. Sin duda, se trata de una canción que ha trascendido el tiempo y el espacio, y que sigue siendo un referente para los amantes del rock duro.
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