El disco
Competition es el primer y único sencillo del segundo y último álbum de estudio de la banda estadounidense de rock y new wave Tom Dickie And The Desires, lanzado en 1981 por Mercury Records. La canción tiene un ritmo de calipso y una letra que critica la rivalidad y la ambición en el mundo de la música, inspirada por la propia experiencia del líder y vocalista Tom Dickie en la industria musical. La canción fue producida por el renombrado productor británico Martin Rushent, que también trabajó con bandas como The Human League, The Stranglers y Buzzcocks. El sencillo no tuvo mucho éxito comercial ni crítico, al igual que el álbum del que formaba parte, y fue el último lanzamiento de la banda antes de su disolución. Sin embargo, la canción ha sido considerada como un clásico olvidado del rock y el new wave de principios de los 80, y ha sido reeditada varias veces en CD y vinilo. En esta reseña, analizaremos los aspectos más destacados de la canción, su contexto histórico y su legado musical.
La canción Competition comienza con una introducción de guitarra eléctrica que crea una atmósfera de tensión y expectación. Luego entra la batería, que marca un ritmo de calipso que contrasta con la guitarra. La voz de Tom Dickie se une al conjunto, cantando con un tono irónico y desafiante. La letra de la canción expresa el descontento y la frustración del cantante con el mundo de la música, donde se siente presionado por competir con otros artistas y por cumplir con las expectativas de su discográfica.
La canción Competition se enmarca en el contexto histórico y musical de principios de los 80, una época marcada por la crisis económica, el auge del neoliberalismo, la guerra fría, el surgimiento del sida y el desarrollo de las nuevas tecnologías. En el ámbito musical, se produjo una diversificación y una innovación de los géneros musicales, como el punk, el new wave, el synth-pop, el post-punk, el rap o el heavy metal. La canción refleja algunas de las características del new wave, un género musical que combinaba elementos del punk, del pop y de la música electrónica, creando un sonido fresco, moderno y experimental. La canción también muestra la influencia del productor Martin Rushent, que usó una caja de ritmos Linn LM-1 para crear el sonido de percusión de la canción, que fue una de las primeras veces que se usó este instrumento en un disco de rock. La canción también tiene un toque exótico al incorporar un ritmo de calipso, un género musical originario de Trinidad y Tobago que se caracteriza por su alegría y su crítica social.
La canción Competition tiene un legado musical que la convierte en un clásico olvidado del rock y el new wave de principios de los 80. La canción ha sido reeditada varias veces en CD y vinilo, y ha sido incluida en algunas recopilaciones de música de la época, como New Wave Hits of the 80’s o Just Can’t Get Enough: New Wave Hits of the 80’s. La canción también ha sido elogiada por algunos críticos musicales, que la han comparado con el sonido de bandas como The Cars, Elvis Costello o The Knack. La canción también ha sido reconocida por algunos fans de la banda, que la han considerado como una de sus mejores canciones. La canción también ha sido objeto de algunas versiones o tributos por parte de otros artistas, como The Mockers, una banda neozelandesa de power pop que hizo una versión de la canción en su álbum Culprit and the King de 1987, o Jon Macey, el guitarrista de Tom Dickie And The Desires, que hizo un tributo a la canción en su álbum Fortune Smiles de 2005.
En conclusión, la canción Competition de Tom Dickie And The Desires es una canción que merece ser recordada y valorada por su calidad musical, su mensaje crítico y su originalidad. La canción es un ejemplo de cómo el new wave supo fusionar diferentes influencias musicales y crear un sonido propio y distintivo. La canción también es un testimonio de la experiencia y el talento del productor Martin Rushent, que supo aprovechar las nuevas tecnologías para crear un sonido innovador y vanguardista. La canción también es una expresión del desencanto y la rebeldía de una generación que se enfrentó a un mundo competitivo y hostil. La canción es, en definitiva, una joya musical que no debe pasar desapercibida.